Posted by : Lizeth Osorio
viernes, 9 de septiembre de 2016
San Martín de Porres
Nació Martín el 8 de diciembre de 1579, hijo de un
importante hidalgo y de una mulata, en Lima (Perú). Martín comenzó a
familiarizarse con el bien retribuido oficio de barbero, que en aquella época
era bastante más que sacar dientes, extraer muelas o hacer sangrías. Martín
supo hacerse un experto por pasar como ayudante de un excelente médico español.
De ello comenzó a vivir y su trabajo le permitió ayudar de modo eficaz a los
pobres que no podían pagarle. Por su barbería pasarán igual labriegos que soldados,
irán a buscar alivio tanto caballeros como corregidores. Pero lo que hace
ejemplar a su vida no es sólo la repercusión social de un trabajo humanitario
bien hecho. Más es el ejercicio heroico y continuado de la caridad que dimana
del amor a Jesucristo, a Santa María. Por el ejercicio de su trabajo y por su
sensibilidad hacia la religión tuvo contacto con los monjes del convento
dominico del Rosario donde pidió la admisión como donado para pasar luego a
hermano. De todas la virtudes que poseía Martín de Porres sobresalía la
humildad, siempre puso a los demás por delante de sus propias necesidades. En
una ocasión el convento tuvo serios apuros económicos y el Prior se vio en la
necesidad de vender algunos objetos, ante esto, Martín de Porres se ofreció a ser
vendido como esclavo para remediar la crisis. Murió tal día como hoy en 1639.